FUERZA VITAL

WE ONLY GUARANTEE THE DINOSAURS (Esperanza Collado, 2014)

Posted in Comentarios de pelis by fuerzavital on julio 1, 2014

—-Jorge Núñez—-

La primera impresión últimamente se me queda grabada con eco y al final de ello vuelve a asomarse para erigir una experiencia en la que los contrastes forman parte de los recursos utilizados. La película de Esperanza Collado es de cine expandido y yo la he visto en Bulegoa z/b. Entre las estrechas columnas de madera había una agitación y después de un momento de confusión la puerta roja se abrió. De ella surgió una luz blanca voladora que se enfrentaba a la palmera que con ella volaba. Sobre las paredes había selvas, cazadores furtivos entre selvas. Así el eco de la primera impresión era que estaba ante un espectáculo de variedades, antiguo y divertido, para después cortar con ello despreocupadamente e instalar en mi cabeza la magia del Cine. El sistema del Cine, de la Historia del cine. Los proyectores que primero se encienden y luego se ponen ante la pared para remitir a la visión, descalzos ante un doble espejo en el que la ilusión de Edward D. Wood Jr. contando a un productor las maravillosas historias que quiere poner en escena y toda la falta de recursos que hace que ante la cámara únicamente haya un lazo rojo, lentos parpadeos y hielo seco enérgico. La masa blanda que incide en la acción sobre el otro cine que no se expande de forma literal construye un amasijo de epidermis nerviosas muy gustosas. Allá donde el cuerpo se introduce entre las sombras y sus diferentes profundidades… provocando un torbellino de múltiples ángulos de un hojaldre fresco. Los retratos de gente comiendo fruta en blanco y negro hasta que el cielo se pone a todo color. Kaboom! La senda jugosa trazada entre troncos de bambú que se recortan formando olas donde surfear una y otra vez, pértigas exitosas. El escenario se recorre para manipular a los diferentes actores y no existe la mirada sino que curiosamente la escucha toma fundamental importancia para repensar el lugar de actuación. Esas distancias que tantos sistemas crean en el recuadro del cine interior, en la película de Esperanza Collado se tornan directas. Con ellas, esta película se vuelve luminosa. ¿Hacia dónde, por dónde? Los relámpagos dejan su rastro en la pared lisa de la sala y cuando el suelo se roza aparece el título en una caja cerrada donde están todas esas ausencias que ha propuesto Esperanza. Giro la cabeza y los cuerpos se iluminan unos segundos. Las caras de lo narrativo se encuentran con los fantasmas del pasado, presente y futuro, todas forman un zumbido. Lo oía desde el principio en forma de agitación. En el fondo del escritorio virtual, en el que tengo de fondo una imagen de un BigFoot, se forma un espacio entre diversas ventanas que no están abiertas al aire sino que son como unas listas de archivos; ese espacio da pie a una organización «pre» de una acciones venideras para hacer una película, esta. La comedia ha estado ahí todo el tiempo, de alguna manera, y los surcos se crean con la falta de ella, como otro volcán que sumar a lo percutido. Los surcos se crean EN la falta de ella. Los cortes (en el pasado, los surcos) dan pie a sacar a relucir la alegre estructura de disco que tiene la película. El serrucho de la magia y el gorgoteo de las montañas-mordiscos-de-fruta. De nuevo el camino trazado por la caja en la que pone el título y pienso en las promesas de películas de la industria cinematográfica; prometen helicópteros explotando, monstruos de otras dimensiones, paisajes desoladores, dinosaurios gigantescos. Esos dinosaurios que se despiertan y nos miran a través de sus grandes globos oculares entre vapores blanquecinos espesos. La experimentación de la ciencia loca, el corazón palpitando, el suspense del cono de proyección el cuál se manipula construyendo rebotes y cortocircuitos de pirámides en fuga.

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